Intercambio de utensilios durante la época colonial: El cobre
Con la llegada de los españoles a tierras aztecas, tanto la dieta mexicana como la española sufrió diversos cambios, resultado del mestizaje, el cual no solo se limitó al intercambio de alimentos y técnicas culinarias, sino también de nuevos utensilios que rápidamente fueron adoptados por ambas culturas.
En los inicios de la Conquista, las que se encargaron de elaborar la comida para los españoles fueron las mujeres indígenas. Posteriormente cuando llegaron las mujeres de España esto se modificó muy poco, ya que si bien cocinaban en sus casas, acostumbraban tener servicio. Como los utensilios de metal comunes en Europa eran escasos y caros, debido al tardado viaje, muchos españoles los reemplazaron por los utensilios de barro indígenas. Estos se fueron perfeccionando gracias a la incorporación de nuevas técnicas europeas, como el vidriado, y diseños más modernos para la época.
Entre los utensilios que trajeron los españoles podemos encontrar espátulas, embudos, coladores, tablas para picar, machetes para aplanar la carne, ralladores y molinos. Cuando empezaron a elaborarse panes usaban pozuelos para medir y las masas se extendían con palos.
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El cobre en México
En cuanto al uso de metales, y específicamente del cobre, la metalurgia en el México prehispánico fue, principalmente, orfebrería. Los indígenas manejaron con maestría el oro, el cobre, la tumbaga y el platino y a pesar de que el cobre se trabajó en algunas partes, el origen de las tradiciones modernas provienen de la influencia española.
Al principio, los trabajos con cobre fueron ignorados por los conquistadores españoles, ya que buscaban oro y plata. El cobre era mandado a tierras españolas, sin embargo, no tanto como los dos anteriores, pero con el tiempo tuvo su importancia debido a que se empezaron a elaborar diversos utensilios, especialmente domésticos como ollas y sartenes.
Casi todas las ollas de cobre que se usaban en el país se elaboraban en Santa Clara del Cobre, Michoacán. Según relatos, después de la Conquista los artesanos que trabajaban el cobre recibieron gran impulso de Vasco de Quiroga, quien mandó fundar muchos talleres donde se perfeccionó la técnica del martillado, para lograr las formas deseadas hasta llegar a lo que algunos califican como “el gran imperio del cobre” que conocemos hoy.
Poco a poco, en la Colonia se usaron los cazos de cobre para elaborar platillos como pozole, calabaza en piloncillo y algunos otros dulces. Ya en la Edad Moderna, los españoles también usaron chocolateras de cobre, baterías de cocina y piezas de espedera del mismo material.
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Es importante destacar que muchos de los utensilios prehispánicos siguen vigentes en la actualidad y son de suma importancia en la preparación de ciertos platillos, principalmente cuando se trata de comida típica y regional mexicana.
Los españoles e indígenas compartieron utensilios enriqueciendo la manera de elaborar platillos y respetando el uso que se les daba antes de su llegada. Aunado a esto, se destaca que los distintos materiales influyen en el sabor y en el sazón de una comida, ejemplo de ello es el cobre en elaboraciones tan típicas como las carnitas.
Fuentes bibliográficas:
Abad, Carmen, Herramientas Curiosas para Cosas Particulares y extraordinarias. Tecnología, espacios y utillaje en la cocina histórica española, Universidad de Zaragoza, España, pp.85-117.
Ayala Alonso, Enrique, “Cocina colonial”, Claustronomía. Revista gastronómica digital, Universidad del Claustro de Sor Juana, Ciudad de México, 2018.
Marco Buenrostro y Cristina Barros, La cocina prehispánica y colonial, México, Tercer Milenio, 2001.
Muñoz, Zurita. El pequeño Larousse de la gastronomía mexicana. Cobre. México. pp 120